Así que no me queda más remedio que inventarme un motivo por el cual escribir todo esto, más allá del afán de reclamar atención (¡Miradme, estoy escribiendo!).
Tampoco quiero que este se convierta en uno de esos cientos de miles de blogs en los que una chica de entre 16-30 años escribe sobre el caer de las hojas del otoño y la nostalgia que esto le crea, o sobre el anhelo de unas manos acariciando su torso desnudo, por lo que no vengo a escribir nada de eso, no.
Yo vengo a poner webcómics, que es lo que prometí (bueno, prometer, prometer... Digamos que se comentó la cosa), cosa que mola y que está bien, eso sí.
Bueno, tampoco nos emocionemos, que no es que sea la gran cosa, pero me gusta contar con el apoyo del señor Bison.
¿Por dónde íbamos? Ah, sí:
Espero que os haya gustado, bla, bla, bla, agradecimientos y comentarios, bla, bla, bla, vuestra madre en bicicleta.
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Tienes una pistola en la cabeza.