Sitios donde perder el tiempo

jueves, 27 de septiembre de 2012

La crítica neodistópica y Kierkegaard: una apostasía postanarquista

Vamos a hablar de los Sims y de su relación con el Altísimo.

Sí, hoy me he levantado místico, espiritual. Hoy he llegado a la terrible pero irrefutable conclusión de que Dios existe, y la prueba la hemos tenido ante nosotros desde el año 2000 (¡No es casualidad!), traída hasta nosotros por Will Wright, quien no me queda más remedio que aceptar que es el verdadero mesías.

Podéis pensar, tras leer estas primeras líneas, que me he vuelto aún más loco, pero seguid leyendo y os daréis cuenta de que es al revés: he alcanzado la iluminación. El conocimiento divino se ha abierto camino hasta mí en algún momento del aburrido día de hoy -probablemente mientras comía la empanadilla de pisto, no hay que subestimar el potencial sacridelicioso de las empanadillas-.


Pongámonos en situación:

Estás en tu adolescencia temprana, acaba de llegar a tus manos, copiado por un amigo que ya lo tiene instalado de otro amigo, una copia de los Sims 2 (Porque seamos sinceros, el que realmente valía su peso en oro era el segundo). Sabes que es bastante famoso, que a mucha gente le encanta, y tienes una idea bastante clara de lo que trata, pero no sabes del todo cómo funciona y quieres probar, ergo lo instalas.

Empiezas a jugar y la verdad es que resulta sorrprendente. Tantas opciones, tantas posibilidades... hay un mundo de creatividad potencial delante de ti, pidiéndote que, por favor, lo pruebes. Que des forma y vida a ese mundo que es tuyo y sólo tuyo, por y para ti.

Así que te haces a ti mismo.

"1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;"


...y ya que estás a ello haces a una de esas personas que te llevan atrayendo un tiempo, con la intención de asegurarte que tu Sim tenga una pareja adecuada.


"1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. "

Hecho esto, los colocas debidamente, en una buena casa hecha como a ti te gustaría que fuere.

"2:8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. "

Al principio eres bueno con el personaje, le dejas hacer un poco lo que quiera, tienes curiosidad por ver como se comporta dadas las circunstancias (Y, eh, tiene Libre Albedrío), pero esto te dura poco porque es obvio que no sabe lo que se hace, no hace más que perder el tiempo y hacer el gamba. Al final, no te queda más remedio que empezar a ponerle a hacer cosas que no le gustan, por su bien. Y le haces esforzarse, lo llevas al límite. Todo por su bien.

"3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. "

Le obligas a estar con la pareja que le has elegido, especialmente al descubrir que en un sólo día los puedes tener ya en la cama dándole al tema como conejos.

Conforme pasa el tiempo, cada vez se genera más en ti una mezcla de aprecio y desprecio. Esa pequeña criatura es estúpida, totalmente incapaz de cosas que tú encuentras naturales, no entiende la mitad de lo que le dices y nunca le da tiempo a nada... y, sin embargo, es tu creación, es tu pequeño. Y también es tú.


Por ello, por este aprecio que le tienes, no quieres verle morir. Y pronto te aseguras de que eso no ocurra.


"5:5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años;"

Pero también guardas ese pequeño odio. Por ello, en ocasiones, sin razón aparente... empiezas a matar gente. Porque puedes, porque son tontos.

"6:7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado"

Durante un tiempo la lías pardísima, los matas así y asá, probando distintos métodos de asesinato, y te recreas en ello, te diviertes. Encuentras una gran satisfacción especialmente en quitar las escaleras a la piscina y ver como nadan hasta morir ahogados.


Y de ahí en adelante es todo una decadencia de hacerle más rico, y más fuerte, y que aprenda más cosas, y que tenga más objetos, y más y más y más...


Porque somos como el Creador, pues nos hizo a su imagen y semejanza.





Los ornitorrincos no tienen pezones, así que para amamantar a sus crías sudan la leche.

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Tienes una pistola en la cabeza.