Sitios donde perder el tiempo

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahveh!

Pues yah veh, si en realidad no es nadie.

Tanto decir que es tan poderoso y tan chachi y tan guachi, que todo lo hace, lo quiere y lo puede, pero la mayor parte del tiempo manda a otros a hacer el trabajo sucio. Lo más que logra es inundar el planeta, ¡oh, cuidado, que nos tira agua! ¿Qué clase de dios todopoderoso es ese cuando lo comparamos con otros seres mitológicos?

Por coger un ejemplo muy famoso tenemos a Sun Wukong, el personaje en que Akira Toriyama se basó para crear a Son Goku. Este tipo puede que sea sólo un mono, pero no es sólo un mono.

Sun Wukong era un tipo que podía saltar 54.000 kilómetros de una sola vez. Sí, sí, lo has leído bien, 54.000 kilómetros, no sobra ningún 0 ahí. Pero eso no es nada, resulta que este tipo podía transformarse en 72 cosas diferentes, ¿no os impresiona mucho? ¿Y si añado que todos y cada uno de sus pelos era mágico y podía transformarse en un arma, un animal, o en una copia del propio Sun Wukong? Por si aún no era suficiente, Sun Wukong conocía hechizos que le permitían manipular todos los elementos, crear barreras protectoras contra cualquier mal y paralizar por completo a personas, demonios y dioses. 

Este tío era tan cachondo que cuando le tocaba morir le dió una paliza al recolector de armas y borró su propio nombre de la lista de los vivos y los muertos. Tanto, que necesitaron a toda la maldita corte celestial y la fuerza de todos los taoistas del mundo para sostenerle y encerrarle, y tras 49 días del fuego más chungo que existe, el tío escapó siendo aún más fuerte que antes y con poderes nuevos. Fuck yeah.

Con habilidades como estas, uno podría pensar que Sun Wukong era el ser más poderoso de la mitología china. Jaja, nada más lejos de la realidad. Resulta que en un momento dado Buddha en persona reta a Sun Wukong: el reto consiste en que el rey mono deberá ser capaz de salir de la palma de Buddha... y, señores, no puede. El mono pega un salto de esos de 54.000 kilómetros y resulta que todavía está dentro de la palma. Eso quiere decir que si empezó estando en el centro, la palma de Buddha mide más de 108.000 kilómetros de longitud. ¡La palma de la mano! ¡Sólo la palma!

Vamos a aclarar una cosa ahora: La Tierra tiene poco más de 12.000 kilómetros de diámetro en su punto más ancho. Si Buddha tuviera unas proporciones normales, para él la Tierra no sería más grande que una canica de 1 centímetro de diámetro.

Es que eres tonto, ¿por qué usas un dedo cuando le puedes matar dejando caer un moco?

Y hablando de proporciones exageradas, en la mitología arábe se menciona que, para sostener la tierra, Allah colocó un ángel, y para que este se sostuviera puso debajo una roca de rubí, y debajo de esta está Kujata, un toro del que se dice tiene 400 lenguas, oídos, orejas, narices, bocas y patas, pero lo importante es que era tan grande que hacían falta 500 años de viaje initerrumpido para llegar de un extremo al otro. Suponiendo que una persona camine de media 5 kilómetros por hora podemos calcular que el animalito este mide unos 22 millones de kilómetros de lado a lado (Unas 15 veces el diámetro del Sol)...

...y Kujata se encuentra reposando sobre la espalda de Bahamut, un pez que es aún más grande. Tan grande que todos los oceanos del mundo juntos en su nariz serían como un grano de arena en el desierto.

Pero: debajo de Bahamut hay un enorme oceano, y debajo de este oceano hay aire, y debajo del aire hay fuego, y debajo del fuego HAY UNA PUTA SERPIENTE TAN GRANDE QUE LE CABE TODO LO ANTERIOR JUNTO EN LA BOCA.

Y, aún y así, todo esto es más pequeño que el universo conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tienes una pistola en la cabeza.