Sitios donde perder el tiempo

lunes, 5 de diciembre de 2011

Le estábamos esperando, señor Anderson...

No hace mucho leía en el blog de un conocido un comentario sobre la bien conocida película Matrix.

En él comentaba cómo la película hablaba de la idea de que nadie tuviera realmente libre albedrío, siendo la única excepción el propio elegido, Neo, quien puede evadir las leyes físicas y el control de las máquinas, haciendo aquello que entre en su entera voluntad.

Antes de continuar con la evidente charla filosófica monótono-aburrida que me dispongo a echar y que podéis ver venir, permitid que os muestre el siguiente limón:

Ce n'est pas un citron

Espera, espera un segundo. ¿Cómo has sabido que eso es un limón? Ahí no hay ningún limón, se trata de un dibujo. Sin embargo sabes que es un limón. Lo sabes, sí, no me-no me, que te-que te. 

Analicemos exactamente cómo sabes que eso es un limón: Al mirarlo, ha llegado un reflejo de luz a tus ojos, estos han enviado una señal a tu cerebro y él ha analizado la forma, tamaño, color y características, y ha sabido lo que era. Además, después de eso ha asociado esas características a una palabra, algo inventado por el hombre para mencionar verbalmente las cosas. Por si esto fuera poco, ha asociado cada una de las partes de esa palabra con un sonido, y juntando los sonidos has conformado otro más largo y complejo, que identifica al limón. También ha sabido distinguir que ese era al que yo me refería, y que es un dibujo y no uno real. 




Creo que me dejo algo más en el tintero, pero son suficientes detalles. La siguiente -y obvia- pregunta es, ¿cuánto ha tardado en hacer esto? Ha sido instantáneo, sólo has tenido que mirar y esa información ya estaba ahí. ¿Has pensado todo eso en el momento? No, simplemente lo sabías, no has necesitado pensarlo parte a parte.

Ahora vayamos a algo más importante: ¿Podías haber evitado de alguna manera todo ese proceso? No. Sólo si no tenías información de antemano de qué es un limón. Y aún así el cerebro te diría la información que intuye al respecto.

Tu cerebro trabaja en función a reacciones al entorno. Un entorno que tú no controlas. Unas reacciones que dependen de experiencias anteriores. Experiencias anteriores que provienen de un entorno anterior que tú tampoco controlabas. ¿Me sigues? Pues deja de hacerlo o te denuncio por acoso -Groucho Marx dixit-.

No tenemos control sobre nuestras acciones, nunca la hemos tenido. Podemos añadir a la biblia un nuevo error: El libre albedrío no existe. Sé que esto puede ser difícil de asimilar porque "nosotros, los seres humanos, con nuestra capacidad para razonar y para entender, ¿cómo no vamos a tener la capacidad de elegir?"

El error comienza, curiosamente, en el desarrollo del lenguaje. Una duda que ha surgido en la mente de muchos curiosos es "¿cómo pensábamos cuando no había un idioma hablado?" Es una pregunta muy normal, y muy buena.

La realidad es que pensábamos igual. Nuestro cerebro hacía las mismas funciones, los mismos análisis, las mismas reacciones y tú obtenías la información de todas formas, eso es lo que se llama razonar y siento romper la burbuja de algún humanista que pueda pulular por ahí pero cualquier animal con consciencia de su entorno es capaz de hacerlo, mejor o peor.

La única diferencia radica en esa "voz" que oímos en nuestra mente al pensar -como yo lo llamo- "en voz alta". Esta forma de pensar, de hecho, no trae nada consigo, no forma parte del análisis del cerebro, es sólo un acto reflejo: Acostumbrado a que la información venga por vía oral, hace un eco de los datos que te llegan,  pero eso no significa que sea esa voz la que piensa. Piensa el cerebro.

Comida de perro, luego existo.


Entonces, ¿por qué a veces elijo desayunar café o cola-cao? ¿Por qué esta chica y no aquella? ¿Por qué ordenador y no salir a la calle? Unas preguntas muy justas. Responderé a la gallega: ¿Por qué bajar por las escaleras y no por la ventana si se llega más rápido al suelo?

Porque en tu cerebro se haya información pasada -en este caso, instintiva- que dice que eso es peligroso. Si no tuvieras esa información en el cerebro, bajarías de un salto por la ventana porque es más rápido y al llegar al suelo y sentir dolor, decidirías no volverlo a hacer y bajar por la escalera. Pero lo decides porque ha habido una reacción negativa en tu cerebro, y esa reacción es la que dice que no debes saltar por la ventana.

Y así, con todo, que no me apetece extenderme más.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en casi todo lo que dices porque si que es cierto que nuestro libre albedrío o es ínfimo o insignificante por lo menos. Pero hay una cosa en la que estoy en desacuerdo y es lo del limón. Y te lo explicaré tal como yo lo he vivido. Tú dices que es un limón, pero yo al verlo he pensado joder pero es muy naranja, no será una naranja... y al fijarme un rato, mi conclusión ha sido, coño pero si no es ni un limón ni una naranja es una fruta de plástico. Vamos que no has dado ni una. Así que solo puedo decirte esto: "¿Donde esta tu luz ahora paladín?"

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  2. No me culpes a mí de tu daltonismo.

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Tienes una pistola en la cabeza.